PESADILLA PUNK









Mientras muchos otros directores han anunciado a bombo y platillo que se retiraban del cine y no lo han cumplido, volviendo al ruedo cinematográfico a la más mínima oportunidad -uno de los últimos en asegurarlo fue Steven Soderbergh y, desde que lo dijo, ha realizado una media docena de películas-, David Lynch se ha mostrado consecuente con sus decisiones.
Inland Empire (2006) se exhibió en salas aunque él había pensado distribuirla solamente en la red. El filme llevó al límite el relato cinematográfico y ya no podía haber vuelta atrás. Desde entonces, fiel a lo que prometió, Lynch no ha rodado ninguna otra película, lo que no quiere decir que haya abandonado el cine y todos sus derivados, además de muchas otras disciplinas.

La última prueba de todo ello acaba de ser volcada en internet. Se trata del delirante videoclip de Crazy clown time, la canción que da título a su último trabajo discográfico, otra mezcla de rock vintage, blues industrial, guitarras excéntricas y voces distorsionadas. Para un tema anterior incluido en el disco, Good day today, lanzado a finales del 2010, Lynch pidió a través de su web que la gente le mandará sus propios videoclips del tema; él escogió el ganador. En el caso de Crazy clown time dirige personalmente el clip. El resultado es una pesadilla de siete minutos: personajes de movimientos obsesivos siguen el ritmo de la canción mientras una chica se quita el sujetador y baila hipnotizada y un joven punk decide quemarse la cresta junto a una parrilla incendiada.

El escenario podría pertenecer a Terciopelo azul o Corazón salvaje, el jardín de una casa, las vallas blancas. Lynch sigue fiel a sí mismo y lo es radicalizándose todavía más porque internet se lo permite: ha encontrado en la red la panacea del artista renacentista que es (cuelga fotos, dibujos, series de animación, vídeos, partes meteorológicos, cortos experimentales, entrevistas…).

ANUNCIO PARA DIOR / El videoclip de Crazy clown time no es más que una muestra. A finales del 2010 empezó a exhibirse el espot que rodó para publicitar un bolso de la firma Dior, y el resultado es un relato fantástico de 15 minutos de duración titulado Lady Blue Shanghái, en el que la actriz Marion Cotillard vive una experiencia singular cuando el bolso en cuestión, tan azul como el terciopelo, se abre y arroja una luz fantástica. El efecto es el mismo que el famoso cubo azul de Mulholland Drive. A Lynch le pagan para hacer publicidad y él se dedica a contar sus peculiares historias.

Lo hace también musicalmente: -Dark night of the soul junto a Sparklehorse y Danger Mouse, Crazy clown time y el disco que le ha producido a su última musa, Chrysta Bell, son las últimas aventuras discográficas del artista-, escenográficamente -remodeló hace un par de años las vitrinas de las galerías parisinas Lafayette-, abriendo locales propios -el club Silencio, en homenaje al club de Mulholland Drive, situado también en París- o realizando exposiciones de zapatos fetichistas.

Artista rebelde a los 66 años. Artista consecuente. Artista renacentista del tiempo presente.






Onofre Borneo.